Ponerse hilos tensores puede ser un buen «Plan G» si lo que quieres es combatir la flacidez cutánea.
Los hilos tensores o hilos mágicos son un tratamiento estético que estimula el rejuvenecimiento de la piel aportando elasticidad, vitalidad y una mayor luminosidad.
Tiene su origen en Japón. Los hilos que se utilizan son de polidioxanona y se reabsorben a los seis meses.
El procedimiento es seguro y muy sencillo, se realiza de manera rápida y no es en absoluto doloroso.
Se trata de tejer una especie de malla, un entramado de hilos cruzados que sujete el tejido facial, consiguiendo así devolver la firmeza al óvalo facial y tensar la piel del cuello.
Los hilos se aplican a través de una aguja muy fina que se introduce en el tejido celular subcutáneo y al retirarla la hebra queda tensada.
Estos hilos favorecen la formación de colágeno dando como resultado una piel más elástica y brillante.
Los efectos son muy naturales y progresivos, a las tres semanas ya se observa una gran mejoría de la piel, la cual va en aumento hasta llegar a los tres meses.
El resultado final perdura aproximadamente entre un año o año y medio dependiendo del caso y del estado de la piel tratada.
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